En todos los trabajos es importantísimo protegerse de los posibles accidentes que podamos tener, pero más aún en aquellos donde existe un riesgo elevado.
En algunos sectores como los dedicados a la fundición, a la electricidad, a los explosivos o, mismamente, los bomberos, tener una protección adecuada a su labor se convierte en tema serio.
Es por eso que existen prendas de trabajo con ingífuga. Esta vestimenta está diseñada para proteger a los trabajadores del calor o de un breve contacto con las llamas.
Por normativa, este tipo de ropa debe estar formado por prendas exteriores flexible, protección para la cabeza y para los pies mediante polainas, capuces y cubrebotas. Todo ello debe resistir al calor externo y deben ser cómodas para el usuario sin olvidar que deben ser resistentes a la toxicidad y transparencia de humos.
La chaqueta debe de tener la longitud suficiente para solaparse al menos 20 cm con la parte superior de los pantalones. Este solapamiento mínimo debe mantenerse en todas las posiciones y movimientos esperados durante el uso.
Si el traje ignífugo lleva bolsillos, estos deben estar fabricados de material resistente a los ensayos de propagación limitada de la llama.
Los accesorios rígidos que sobresalgan de la capa exterior del traje de protección contra el calor y la llama no deben alcanzar la capa más interna de la ropa.
Requisitos para los trajes de protección contra las salpicaduras de metal fundido.
Ni las mangas ni los bajos del pantalón pueden llevar dobladillo
Los bolsillos exteriores, excepto los bolsillos laterales por debajo de la cintura que no formen un ángulo superior a los 10º con la costura lateral, deben estar cubiertos por solapas de al menos 20 mm más anchas que las aperturas de los bolsillos, para evitar que dichas solapas puedan introducirse en los bolsillos.
los bolsillos de parche deben estar realizados a partir de materiales que cumplan los mismos niveles de protección que el resto de traje.
Las costuras solapadas del exterior de las prendas deben estar orientadas hacia abajo y aseguradas en esta posición.
Los cierres deben ser diseñados con una solapa de protección en el exterior del traje.
La máxima distancia entre los agujeros para los botones debe de ser 150 mm.
Si se utilizan cremalleras, deben estar diseñadas para frenarse cuando estén completamente cerradas.
ADVERTENCIAS
En caso de salpicadura accidental de líquidos químicos o inflamables sobre la ropa, el usuario se deberá quitar inmediatamente las prendas, asegurándose de que no haya contacto con la piel y se procederá a la limpieza de las mismas.
No estamos ante vestuario laboral para la lucha contra el fuego ni para el uso en procesos de soldadura y asociados. Su capacidad retardante se ve reducida si las prendas protectoras entran directamente en contacto con las llamas.
Las prendas protectoras ignífugas no ofrecen en sí protección ante el choque eléctrico si no están certificadas explícitamente para ello.
El efecto aislante a la electricidad de la ropa ignífuga puede verse reducido por el sudor, el agua y la humedad.
La capacidad de protección de la ropa puede verse reducida por exceso de suciedad.
El tipo de ropa interior utilizada bajo la ropa de protección es de gran importancia para la protección total.
No usar detergentes naturales ni lejía para blanquear. Solo un detergente sintético puede garantizar la conservación del efecto protector. No usar suavizantes.
Además de la protección contra riesgos térmicos, en ocasiones estas prendas incorporan características adicionales como protección contra cargas electroestáticas (EN 1149) o alta visibilidad (EN 471:2003 + A1:2007) que abordaremos más adelante.
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